Bernardo Olivari (1956-2020)

Bernardo Marcello Olivari Rivera 

Comenzó en las artes marciales alrededor del año 1977 y desde entonces siempre se mantuvo activo entrenando Karate Do, Kobudo y Iaido, e incursionando los últimos años en Hapkido.

De familia de cinco hermanos, con dos hijas.

Tenía muchas habilidades, sabía construir y dominaba todo lo referente a este campo; madera, fierro, pintura, gasfitería y electricidad, siendo meticuloso en extremo. También cosía muy bien, desde un fino vestido de noche diseñado por él hasta los iaidogis y hakamas que usamos en nuestras prácticas. Fabricaba todas las armas de kobudo, tales como sai, tonfas, nunchakus y bo. Tenía todo tipo de herramientas para todos los propósitos.

Su familia fueron ésta, su Escuela Kidokai y los amigos del Hapkido. Le encantaban las convivencias, asados, exhibiciones, graduaciones y todo lo relacionado con sus compañeros marciales.

Le gustaba ayudar a los alumnos más nuevos y niños a quiénes dedicaba su atención.
Su compleja personalidad no le impidió adaptarse a nuestro grupo, donde siempre estuvo dispuesto a cooperar en lo que fuera necesario, y era querido por todos.

Es así como nuestro Dojo fue ampliado y remodelado íntegramente por él bajo su diseño y supervisión, siendo el último proyecto que realizó en vida y que lo mantuvo motivado y activo durante el transcurso de la penosa enfermedad que lo condujo a su muerte.

Nuestro cariñoso recuerdo y respeto para Bernardo.

Las técnicas y los métodos.

Uchiro Tobi Geri por J.P. Zegers, formado en nuestra escuela.

Cuando comencé a aprender karate me costó mucho. Era debilucho, tieso y poco coordinado. Eso hizo que tuviera que esforzarme más, pero finalmente fue muy beneficioso porque me obligó a analizar cada detalle y ver los pasos previos necesarios para poder llegar a realizar algo. Llegaba a mi casa y trataba de repetir los movimientos y así me fui aprendiendo las técnicas básicas, los katas y los bunkai.

El aprendizaje era difícil para mí, porque no había una secuencia muy lógica en las clases, y  eran dos profesores muy diferentes entre sí; uno enseñaba más técnica y el otro era más exigente en la fuerza. Ésta diferencia fue muy enriquecedora y me sirvió para comprender aquello que era más importante, lo que devino en un estilo de enseñanza propio.

La primera serie que aprendí fue la de Tegatana, que va sexta en nuestro sistema, y es muy difícil memorizarla ya que requiere haber aprendido antes otras series más básicas. Los saltos en la vara eran con bastante altura, lo que ocasionaba muchas caídas y lesiones. ¡Para qué decir hacer una rueda con altura! Era una clase más bien de valentía que de técnicas. Recién en cinturón café logré hacer una rueda medianamente decente y fue porque me inventé un método para conseguirlo.

Por otro lado, asistía a clases en la casa de sensei Raúl y con 67 kilos me tocaba entrenar con personas de más alto grado y de mucho más peso y estatura, como Cristian Arancibia, Roberto Valesh y Cristian Zablah entre otros. Afortunadamente sensei Raúl era muy liviano y de menor estatura, por lo que me enseñó que no era la fuerza el factor para poder derribar a un adversario de mucha mayor envergadura. Lo mismo cuando en el año 1979 el sensei Akamine hizo algunos bunkai de Seipai conmigo. Él era bastante pequeño y ya tenía sus años, pero su técnica era tan finamente depurada y efectiva que uno no podía creer cómo hacía todo con tanta naturalidad y fluidez.

Todo esto me hizo comprender que la técnica correctamente aplicada y los métodos graduales y ordenados eran lo que correspondía hacer. Desde ese momento y para mí mismo, comencé a investigar, probar y formular métodos para desarrollar, por ejemplo, buenas y seguras caídas, habilidades como la rueda y saltos como Uchiro Tobi Geri.
Estos sistemas, inventos y hallazgos, los compartía con algunos de mis compañeros de entrenamiento que solían no prestarme mucha atención y se comprende, porque no necesitaban de ellos. Eran la mayoría personas muy dotadas, como Germán Olivero y su hermano Nino, Pato Norambuena y Rodrigo Sepúlveda, entre otros.

Cuando estuve a cargo de hacer clases apliqué muchos de los sistemas que desarrollé con mucho éxito. Por ejemplo, hasta personas mayores que nunca habían podido hacer la rueda ni en el colegio, lo lograban en un par de clases, o un Mae Ukemi (caída de frente) con altura.
Practicando Aikido me tocó ver como algunas personas se lesionaban en las primeras clases al tratar de hacer ukemis sin ninguna preparación, guía ni explicación.

Pero ¿qué de importante puede tener el poder hacer una rueda? Desde el punto de vista técnico es muy útil, porque pone al cuerpo en posiciones en el espacio a los que no está acostumbrado. Por ejemplo cabeza abajo, ejercitando al oído para poder captar la posición del cuerpo en el espacio, lo que es muy importante al momento de caer y no llegar de cualquier manera al suelo y lesionarse. Además ejercita una gran variedad de músculos, por lo que su práctica produce beneficios en la coordinación, fuerza y conciencia del cuerpo en el espacio. Por eso, previo a hacer Mae Ukemi, es muy necesario practicar y dominar los diferentes entrenamientos de rueda – con una y dos manos – antes de ejercitar la caída hacia delante. Cuando se es niño, jugar a caer y luchar, es muy normal, un poco menos en el caso de las niñas, pero al ser adulto esa capacidad se va perdiendo. Por eso hacer la rueda no sólo produce los beneficios ya nombrados, sino que aumenta la seguridad y la autoestima de quién nunca la había podido hacer. Por eso inventar un sistema para que cualquiera pueda conseguir hacer la rueda, fue muy interesante y útil.

Lo mismo ocurre con aprender a caer adecuadamente. Es muy normal ver karatekas que caen mal, especialmente en los estilos en que no tienen muchos derribamientos. Entonces los métodos que se aplican pasan a ser muy importantes en el avance de los alumnos. En cualquier escuela de karate son muy pocos los que hacen Uchiro Tobi Geri, solamente los más dotados, y lo pude observar muchas veces en varias escuelas. En la nuestra en cambio, cualquier persona e incluso principiantes, puede llegar a hacer esta técnica con buen nivel de precisión, lo que para mí es muy gratificante.

Sucede algo similar con las técnicas, ya que hay unas que son básicas y previas para aprender otras, y entonces podríamos decir que son pre requisitos. Es por eso que tenemos orden en todo lo que aprendemos, sean Nage Wazas, series o aplicaciones, y de esta manera es más fácil avanzar y recordar. Esto se notó mucho en la primera horneada de cinturones negros, los que dieron examen junto con alumnos de varias otras escuelas y fueron los que más sabían, tanto bunkai como Nage Waza, lo que por consecuencia se notó en el kumite.

He conocido a lo largo de los años a muchos practicantes y he podido observar cómo muchos desarrollan lesiones en las rodillas o articulaciones, sólo por entrenar sin un método o con más entusiasmo que sistema. En cambio otros han tenido tremendos avances al observar el orden y los métodos en sus prácticas.  Por eso recomiendo siempre aprenderse los sistemas, sea en karate o cualquier otro arte marcial y entrenarlos con mucho apego a lo técnico. El progreso vendrá por consecuencia y nos evitaremos muchas lesiones innecesarias.

40 años

Un 15 de Agosto de 1980 nace nuestra Escuela.

Comenzamos con alumnos de Rebeca Chacón, Gustavo Cubillos y Reinaldo Toro – desde donde proviene Ramón Leiva por ejemplo -, de la Universidad de Chile, Digeder y alumnos particulares que entrenaban en el patio de la casa de mis padres. A pesar de que tenía muchos alumnos formados por mí mientras estuve a cargo varios años de la Academia Kenshinkan de Antonio Varas – de donde proviene Bernardo Olivari que se integró tiempo después – , no invité a ninguno de ellos para no generar suspicacias.

Nuestra primera Escuela fue una casa ubicada en la calle Capitán Fuentes con Dublé Almeyda en Ñuñoa. En este lugar comenzaron personas como Álvaro Páez, Mario Ojeda y otros. De esa época hasta ahora hemos estado en Obispo Orrego, Irarrázabal, Alarife Gamboa, Malaquías Concha, Luis Middleton, Bilbao, Manquehue (Bulding), Diagonal Oriente, Cuarto Centenario (Leblón), Cristóbal Colón, Las Malvas, Lo Curro, Badajoz,  Vitacura, de nuevo en el Leblón, Stadio Italiano, Leblón, Castillo Velasco en La Reina, y, finalmente Padre Le Paige.

Tener una Escuela fue una experiencia difícil, ya que existía mucha resistencia especialmente por parte de sensei Roberto Fernández, que pensaba que nos aprovechábamos del nombre Kenshinkan, que en un principio él mismo nos había autorizado utilizar. Por ello decidimos no usarlo y optar por un bajo perfil. Eso también marcó un estilo: seríamos una escuela chica, sin publicidad y sólo alimentándose desde adentro.

Como me dediqué mucho al kobudo, sensei Raúl siempre me pedía que llevara las armas y participara en las exhibiciones de la escuela. Esto también originó que muchos alumnos quisieran participar con nosotros, lo que tuvimos que evitar para no entrar en conflicto con sus profesores. Acá no es como en otros países, en que todos entrenan con todos.

A esa primera Escuela, en alguna ocasión invitamos a los sensei Raúl y Roberto Fernández, lo cual no fue una buena experiencia, pero luego vino sensei Oshiro, quien fue un gran aporte y marcó una filosofía en la enseñanza que persiste hasta hoy.

El año 1986 dieron examen en la casa matriz los primeros cinturones negros de nuestra Escuela. Fue una gran experiencia donde brilló nuestra calidad, que fue reconocida incluso por sensei Roberto, que nos felicitó y quedó muy sorprendido por nuestro nivel.

Ese año también el sensei Akamine anuncia el cierre de la Kenshinkan e invita a algunos de nosotros a participar con el nuevo representante del estilo de la única entidad oficial de karate de Japón, la Zen Nihon Karate Do Renmei, de la cual sensei Oshiro había sido recientemente nombrado representante para Sudamérica.

Así lo hicimos y eso también marcó el estilo técnico de nuestra Escuela.

En un tiempo nos vimos obligados a pasar por una etapa deportiva, aprender a competir, arbitrar y organizar eventos, como el primer torneo oficial que se realizó en Chile. Lo hicimos muy bien, pero eso cumplió su etapa y seguimos dedicados a las artes marciales tradicionales.

Siempre hemos tenido un núcleo de alumnos que ha persistido y nos ha permitido avanzar conformando una verdadera familia, haciendo realidad un estilo único de escuela: la práctica de un amplio abanico de disciplinas con un muy alto nivel técnico y humano.

Hemos tratado de mantener un sistema personalizado, el cual a dado muchos frutos y, lo que más me gusta, es que los alumnos más avanzados lo han aprendido y aplicado con sus condiscípulos más novatos.

Hemos pasado etapas en que todos eran novatos con un profesor que hacía todo, hasta tener muchos cinturones negros que saben hacer de todo. Para mí, acostumbrado a estar siempre encima, me fue difícil en un comienzo ir dándole espacio a otras personas en la dirección de clases y en las explicaciones, pero es la forma en que pueden aprender, ya que una parte se aprende siendo guiado y otra siendo uno el que enseña. Así se completa la comprensión de este arte. Hay personas muy dotadas y que sin embargo no saben transmitir sus conocimientos y experiencias, eso es sinónimo de que no han terminado de aprender. Afortunadamente son muchos los que, a través de sus propias palabras y ejemplos, saben cómo ayudar a los demás a avanzar.

El aprendizaje requiere mucha dedicación y observación de parte del alumno, y pedagogía de parte de los profesores para poder corregir a tiempo los errores, antes que se transformen en un hábito. También la forma de enfocar un error es muy importante, para que motive a los alumnos y no los desaliente en su aprendizaje. No se puede ser demasiado puntilloso ni crítico, sobre todo con quienes no tienen facilidades. Todo está en encontrar el punto medio y poder transmitir el mensaje, porque cada uno debe ser su propio profesor, en el sentido de tener autocrítica y conciencia de lo que hace y esforzarse por propio impulso, sin que nadie tenga que empujarlo. Eso lo hemos podido conseguir, con algunas contadas excepciones, que no hacen más que confirmar la regla.

Hace poco tiempo adoptamos el nombre Kidokai Dojo, que engloba todas las actividades que realizamos, ya que el nombre de cada disciplina es largo y engorroso. Por ejemplo en karate, hablar de Zen Nihon Karate Do Renmei Goju Kai es impronunciable y difícil de recordar para cualquiera; Musso Shinden Ryu de Iaido igual y Shiatsu Kenko Kai también. Por eso buscamos un nombre de fantasía que nos identificara y fuera más corto. Surge así Kido, en honor a mi querido Maestro de Shodo, Masatoshi Kido, que fue como un padre para mí. El nombre, Kidokai nos identifica y engloba todo.

Este aniversario nos pilla en una situación complicada y la unión entre nosotros y el amor que tenemos por esta actividad, nos han permitido seguir avanzando. También el contar con una organización como el Consejo Dan y particularmente la paciencia y tenacidad de su Tesorero, nos han permitido sortear de mejor manera el desafío.

Siempre hay personas que no son verdaderos alumnos y van como de pasada, y eso también es normal dentro de un grupo humano, aún cuando lo ideal es que sean los menos. Lo comento, porque hay escuelas que prácticamente han desaparecido en esta pandemia. Nosotros en cambio, hemos ido con entusiasmo avanzando y adaptándonos a los nuevos tiempos y nuevas tecnologías, sin perder el espíritu original.

En este momento tenemos un Dojo ampliado casi listo para ser usado, solamente faltan los vidrios, una puerta y algunas palmetas de tatami. Creo que en el momento que podamos volver a las prácticas habituales, habremos avanzado mucho y podremos aprovechar en mejor forma el equipamiento que tendremos.

Aún hay mucho por aprender y perfeccionar. Particularmente, quisiera pronto poder tener habilitado el Dojo para que Bernardo – su principal impulsor – lo pueda disfrutar terminado y podamos entrenar en las mejores condiciones. No sabemos cuándo podrá ser, pero ya llegamos a cumplir cuarenta años, así que sabremos esperar.

Sin duda, para poder avanzar en todos estos años hemos contado con la ayuda de muchos y no puedo dejar de agradecerlo. No creo que sea necesario nombrar a cada uno, pero sí mencionar que todas las ayudas han sido valoradas, reconocidas y muy agradecidas.

Un saludo afectuoso a todos los integrantes de Kidokai Dojo.

 

Rodrigo Peña

Nunchaku

Nunchaku Nidan por Angela Rojas

Esta, para mi gusto, es la herramienta agrícola más especial y única en el mundo que se transformó en arma. Dos palos, uno más largo que otro en algunos casos, unidos por un cordel. Esto permitía golpear haces de cereales para sacar los granos. Permitía un trabajo fluido, con poco esfuerzo.
Conocido es el hecho de que una persona que tiene el riesgo de ser atacada buscara lo que tenga a la mano para defenderse, sea una piedra, un palo u otro objeto. No es difícil imaginar un campesino atacado con un nunchaku a la mano…

De ahí hasta ahora ha transcurrido mucho tiempo y transformaciones: palos torneados, octogonales, telescópicos, de metal, de plásticos especiales, pitas de perlón, cadenas con rodamientos…

Comencé a practicar nunchaku el año 1972. Se hizo tristemente célebre en los enfrentamientos entres grupos políticos armados, como linchaco, antes de que Bruce Lee lo popularizara en sus películas.
Sus movimientos son llamativos y pueden ser muy rápidos, de más de 100 km/hora, pudiendo destrozar tablas de una pulgada de grosor.

En el año 1609 se les prohibió a los campesinos la tenencia de armas con lo cual nace el kobudo, arte marcial con armas derivadas de herramientas agrícolas.

Al moverlo toma una gran inercia, lo que puede ser útil pero peligroso, por eso al enseñar sus movimientos se tiene la precaución de explicarlos muy bien y de que su trayectoria no sea riesgosa para el propio practicante. Es muy difícil tener un accidente durante las clases, pero las personas autodidactas suelen cometer errores por desconocimiento y tener accidentes como golpes en la cabeza, manos y codos. Además pueden desarrollar lesiones en las articulaciones de los dedos por no conocer la técnica correcta.

El largo de cada palo debe cubrir el antebrazo y la separación entre un palo y el otro debe ser la medida del ancho de la palma del propietario. Mas corto o más largo restringe la cantidad de usos.

Es un arma fácil de portar y ocultar, barata. Prefiero la versión de palos ligeramente cónicos redondos u octogonales, de madera de eucaliptus, que da una resistencia y un peso muy adecuado. No necesita ser pesado.

La forma de aprender es ir haciendo una serie de movimientos en forma alternada para que la habilidad se desarrolle en ambas manos. Se suele ver en youtube personas que solo lo mueven con una mano y se lo pasan a la otra pero sin tener la habilidad desarrollada en ambas manos. Una vez que se desarrolla una habilidad pareja en ambas manos viene la segunda parte donde se trata de independizar ambos lados con movimientos opuestos y desfasados.

La sensación de espacialidad que se desarrolla es muy grande.

Su velocidad y potencia lo hace un arma muy eficiente y difícil de anular.
Es apropiado para defenderse de una katana, bo, sai, tonfa, armas blancas y otro nunchaku.

Cuando se practica esta arma se desarrolla una gran habilidad e independencia en ambas manos. por lo que es ideal para comenzar el aprendizaje del Kobudo o de cualquier otra disciplina o arte.

Principios del Estilo GOJU

Al comenzar el aprendizaje del Karate llaman la atención varios aspectos. Por nombrar algunos:

  • Las ceremonias, saludos y formalidades.
  • La forma rutinaria del entrenamiento.
  • La exactitud que se pide en cada técnica que se aprende.

Estas características parecen antiguas —y quizás obsoletas— maneras de abordar un aprendizaje, las cuales son comunes en todas las disciplinas de origen oriental.

Como occidentales estamos acostumbrados a entender antes de hacer, pero aquí nos encontramos con que no hay mayores explicaciones y nos vemos obligados a hacer reverencias, escuchar órdenes y tener que imitar sin entender mucho de que se trata.

Todo esto tiene la finalidad de llevarnos a un estado mental especial, de concentración y observación, porque, más que movimientos, lo que se busca es desarrollar la capacidad de aprender sin mayor mediación, y de ser dúctil y adaptable a las diferentes situaciones.
Somos nosotros los que tenemos que adaptarnos, amoldarnos a posiciones que no nos acomodan, hacer movimientos aparentemente sin un significado. Pero de a poco todo va tomando un lugar y se va haciendo la luz.

La comprensión va llegando por la sola experimentación. Entendemos que los saludos y ceremonias nos ayudan a tomar las cosas con mayor importancia, con una actitud de respeto y agradecimiento. Esa es una característica de los sistemas orientales: Valorar los conocimientos que durante muchos años se han trasmitido de maestro a discípulo, que han costado tanto esfuerzo, y que nos traen tanta sabiduría. También respetar a quienes son nuestros compañeros de camino y, sobre todo, a nosotros mismos.
Lo repetitivo y rutinario vienen de la necesidad de producir verdaderos cambios en nosotros mismos. No sólo de aprender con las capacidades que tenemos, sino que poder ampliar las mismas y desarrollar otras. Es así que se necesita un trabajo largo y constante.

Para que la gota perfore la piedra necesita caer continuamente y siempre en el mismo lugar. Del mismo modo, si esperamos cambiar algo en nosotros mismos, sin desperdiciar el esfuerzo, debemos ser metódicos y ordenados.

Como arte marcial que se basa en principios universales, ha sufrido un largo proceso de desarrollo y perfeccionamiento, sus técnicas no son casuales o antojadizas, sino que tienen un fuerte fundamento, tanto en los procesos físicos que intervienen, como en los psicológicos. Por eso es que las formas de entrenar, las trayectorias de los movimientos, las proporciones y medidas en que éstos se desenvuelven, la forma en que se ejecutan, están claramente establecidas y definidas para ser simples y muy efectivas. Además no pueden encerrar el riesgo de producirnos lesiones o malformaciones tan frecuentes en otras actividades.

En este sentido hay que señalar que estas artes no son comparables a las actividades deportivas, sino que van más allá, sin por eso menospreciar éstas últimas. Al tratarse de una filosofía de vida, están hechas para ser practicadas siempre y no sólo cuando se es joven.

Para resumir un poco y no entrar en largas explicaciones, enumeraremos algunas características importantes en cuanto a lo técnico.

De las posiciones

Todas las posiciones del Karate Goju Ryu tienen un largo y ancho definido para que, de acuerdo a nuestra propia proporción, sirvan a diferentes propósitos sin perder el «centramiento» o equilibrio. También ofrecen protección y facilidad para desplazarse. La columna vertebral siempre debe permanecer en posición aplomada, sin inclinarse.

De los desplazamientos

Siempre se debe conservar el equilibrio, incluso al desplazarse, para lo cual, por lo general, los pies se mueven en forma de media luna, trayendo el centro de gravedad y llevándolo, sin cambiar de altura, mientras la columna vertebral continua en todo momento en posición erguida, sin tambalearse.

Técnicas de piernas

Para que los golpes sean rápidos, efectivos y no se pierda el control, la pierna de base permanece flexionada sin estirarse, mientras que la otra siempre retorna con tanta celeridad como cuando pateó (Ikiashi). Mientras tanto la cadera acompaña simultáneamente el movimiento. Se trata de tener efectividad sin comprometer la seguridad ni depender del peso y fuerza física. Es por eso que no existen técnicas que originen inercia o fuerza centrífuga y que la pierna vaya estirada y sea posible tomarla. Tampoco técnicas en que se levante tanto la pierna que se exponga la zona genital. Por eso que los deportes de combate que permiten las patadas circulares tiene que prohibir que se golpee la cara de frente, la zona genital, y que se puedan tomar las piernas y hacer derribamientos. También tienen que usar protecciones que aminoren el efecto de golpes en la cabeza, por ejemplo, por la falta de control.

Técnicas de brazos y manos

Toda acción de un brazo tiene su reacción o compensación con el otro (Kensui). Los codos se mueven siempre pegados o cercanos al cuerpo y los hombros no se levantan ya que ello comprometería el centramiento de toda la acción.

De las acciones en general

Los movimientos de las partes siempre involucran a la totalidad. El cuerpo se mueve como un todo aunque sea una parte la que ejecute la acción. Esta no se avisa haciendo movimientos previos. Hay que imaginarse el Seika Tanden (punto ubicado debajo del ombligo) como el eje de una rueda.

Desde ahí se origina y se transmite el movimiento a las extremidades en forma inmediata. Esta acción aparentemente fácil, a veces resulta extremadamente difícil por causa de que nos cuesta establecer internamente una unión armónica entre mente y cuerpo.

Aquí cabe subrayar la mutua influencia entre mente y cuerpo: Un desequilibrio físico tendrá una consecuencia en la concentración y actitud mental. Un sobresalto mental tendrá un efecto en el equilibrio del cuerpo. Es por eso que no se saca nada con abordar el entrenamiento en forma parcelada. Es necesario siempre poder actuar en armonía.

Esto significa que cada componente se encuentre «de acuerdo» con los otros. Por ejemplo: Una persona va a dar un examen para lo cual se encuentra muy bien preparada, pero en el momento crucial no puede articular palabra ni hilar una idea. Otra persona ve como un vehículo sin control se acerca por la vereda y, en vez de saltar, queda petrificada y su cuerpo no responde. Casos como éstos, que son reales, pueden habernos ocurrido a cualquiera de nosotros. De la misma manera, a veces, sin ni siquiera pensar, uno tiene una reacción adecuada y precisa. Por ejemplo, un niño se cae y antes de que su cabeza toque el suelo, uno lo ha alcanzado a sujetar.

Poder actuar en forma armónica fue un problema de vida o muerte para los samurai. Es por eso que recurrieron a la filosofía y a la religión ya que comprendieron que en una situación límite, la fuerza o la técnica de por sí, no podían responder con eficacia. Se necesitaba además, que la actitud mental y emocional fueran adecuadas. Tampoco bastaba con ser inteligente, valiente y decidido, sin conocer las técnicas o estrategias apropiadas. Es así que las artes marciales desarrollaron eficientes sistemas de entrenamiento, los cuales son una gran ayuda a la hora de querer hacer crecer y ampliar nuestras capacidades, y hacernos más armónicos, aunque no se trate de prepararse para guerrear, en el sentido estricto del término.

Sin embargo, diariamente estamos sometidos a múltiples tensiones y situaciones de competencia, al stress de la vida actual. Es en este caso donde encontramos el valor que tienen estas disciplinas al prepararnos para enfrentar las situaciones con una mejor capacidad de adaptación y manejo de nuestras emociones. No se trata de no sentir temor u otras emociones de ese tipo, sino de que éstas no nos impidan actuar asertivamente. Esta característica es propia de las artes marciales y es por eso que su valor como factor de desarrollo de la personalidad y del carácter ha sido reconocido y en la actualidad muchas escuelas y universidades, incluso fuera de Japón, las incluyen en sus programas de estudio.
El karateca se prepara para el combate a través del entrenamiento, pero este combate no es una simple lucha sino que el enfrentarse con situaciones tanto externas como internas, que debemos superar con éxito: Trabajos, estudios, problemas de salud y tantos otros que se nos van presentando a diario, y , sobre todo, nuestras propias limitaciones, pueden ser considerados elementos que debemos ser capaces de sortear de la mejor manera.
Para tal efecto, las artes marciales nos van formando y fortaleciéndo haciéndonos más adaptables, consientes y asertivos.

Otra característica es la jerarquía establecida por el uso de grados. Aunque es una forma de ejercer autoridad, en las artes marciales es mas bien una forma de hacer clara y fluida la entrega de conocimientos ya que los grados tratan de conservar claras las diferencias en el nivel de conocimientos de cada cual. Esta jerarquía incluso se manifiesta entre condiscípulos en la forma tradicional de Sempai y Kohei. Se crea un lazo de responsabilidad entre el que sabe menos y el que sabe más, de manera que ambos puedan ayudarse.

La jerarquía facilita la entrega de conocimientos, la ayuda y el sentido de responsabilidad, y , lo más importante, es que obliga a tener que asumir un compromiso de ejemplaridad con el que necesita guía.

Otra característica que no hay que dejar de mencionar es que el karate se puede entrenar entre personas de diferentes sexos y edades ya que, como prima su esfera formativa sobre la competitiva, y, además no existe contacto en la aplicación de las técnicas, no hay mayor riesgo. Por el contrario, se establecen fuertes lazos entre los participantes por cuanto comparten una actividad que es beneficiosa para todos y en donde se aprende de todos.

Hasta aquí solamente hemos nombrado características y principios generales pero quizás las más importantes sean las que cada cual va descubriendo en la práctica, a través de su propia experiencia, las cuales son muchas veces imposibles de describir con exactitud. En el fondo el Satori, o iluminación, que es la más importante de las experiencias que se puedan vivir en las disciplinas relacionadas con el Zen, y que por ser de carácter místico es difícil de explicar, es una de las características esenciales de estas artes, lo cual será materia de otra reflexión de carácter más filosófico que esta breve reseña de algunos de los principios y características de nuestro arte marcial.

Los Katas de Iaido

  • Katas de la serie Omori Ryu

Los katas de Iaido tienen, en general, cuatro fases: desenvainar cortando o bloqueando (Nukitsuke), corte principal (Kiritsuke), sacudida simbólica de la hoja (Chiburi) y envaine (Noto).
El equilibrio, el ritmo, la actitud mental, son muy importantes. Se requiere el máximo de perfección y control en cada movimiento.
Los katas imaginan atacantes desde diferentes direcciones. El atacante siempre se supone al frente, por lo cual el ejecutante se va cambiando de posición según el kata. Una cosa importante es el desarrollo de la intuición en el momento y dirección del ataque lo que se desarrolla con un aumento de la percepción en todo el rededor del practicante. La mirada abierta, es decir sin fijarla en un punto, ayuda al desarrollo de esta actitud de Mushin (vacío mental).
La respiración es muy importante en conseguir el centramiento físico, mental y emocional.
Para un occidental observar el ritmo de un kata de Iaido, como de Kyudo (Tiro con arco) es raro: mucha lentitud en prepararse para después hacer algunos pocos movimientos. No se capta fácilmente el proceso interno que vive el ejecutante.

Una de las cosas que más me atraen del Iaido es la práctica en solitario, sin preocuparse del tiempo y sin distracciones. Un espejo ayuda mucho por la cantidad de detalles que cada movimiento contiene.

La mayor dificultad con la cual uno se enfrenta es que, como indica el segundo kanji, Ai (unión) es que los movimientos debes ser ejecutados unidos. Por ejemplo, no se puede avanzar y cortar después o antes, se inicia el corte desde el Hara o centro de gravedad, moviendo pies, cuerpo, cadera, brazos y katana al unísono y terminando igual.
La cantidad de detalles que tiene cada movimiento es muy grande y muchas veces termina por agobiar al practicante, por lo tanto, hay que armarse de paciencia y ser muy autocrítico.

Al hacer clases hay que tener la misma actitud, fijarse en todos los detalles y proteger a los alumnos antes de que graben un movimiento erróneo que pudiera tener un mal desenlace. Al respecto recuerdo a un alumno muy talentoso, muy seguro de sí mismo, pero un poco difícil de convencer que podía estar haciendo algo erróneo. Al comenzar a desenvainar se desasegura la katana empujándola desde la tsuba o guarda con el dedo pulgar el cual inmediatamente se guarda. Observé que el mencionado alumno dejaba el dedo estirado con lo cual arriesgaba cortarse. Le hice ver varias veces que lo que estaba haciendo estaba erróneo pero se negaba a aceptarlo. De pronto lo veo y estaba chupándose el pulgar… se había cortado.

La cantidad de kata de iaido es muy grande:

Omori Ryu:

  • Shohato
  • Sato
  • Uto
  • Atarito
  • Inyo Shintai
  • Ryuto
  • Junto
  • Gyakuto
  • Seichuto
  • Koranto
  • Gyakute Inyo Shintai
  • Batto

Hasegawa Eishin Ryu

  • Yoko Gumo
  • Tora Issoku
  • Inazuma
  • Uki Gumo
  • Yamashita Oroshi
  • Iwanami
  • Uroku Gaeshi
  • Nami Kaeshi
  • Taki Otoshi
  • Nuki Uchi

Oku Iai
Okuden
Tate Hiza

  • Kasumi
  • Sune Gakkoi
  • Towaki
  • Tozume
  • Shiho Giri
  • Tanashita
  • Ryo Zume
  • Tora Bashiri

Tachi Waza

  • Yuki Zure
  • Tsure Dachi
  • Soma Kuri
  • Sodome
  • Shinobu
  • Yuki Chigai
  • Sodesuri Gaeshi
  • Monnyu
  • Kabezoe
  • Uke Nagashi
  • Ito Magoi

Los Katas básicos Go Dan

Estos cinco katas son una especie de compendio  de los conocimientos  de nuestra escuela. Su objetivo principal es formar en la correcta ejecución de la técnica, entregarlas en una secuencia  y, a su vez, crear un orden mnemotécnico que nos permita recordar y relacionar los conocimientos.

Los katas son Uke Go Dan, el primero, lógicamente de defensa o bloqueos, ya que en karate siempre se comienza por una defensa. Uke significa literalmente «acoger», es decir son formas de poder neutralizar los ataque no rechazándolos sino que acogiéndolos. Go, significa cinco y Dan nivel.

Después vienen Enpi (golpes de codo), Tegatana (golpes con los cantos de las manos), Teisho (golpes con la palma de la mano) y Tsuki (golpes de mano empuñada), todos terminados en Go Dan.

Para comprender mejor es como crear en nuestro cerebro un mueble archivador que contenga cinco cajones los cuales, a su vez, contienen cinco carpetas y en ellas estás guardados los conocimientos. El número de cajones y carpetas, cinco, no está escogido al azar sino que corresponden a un número que es fácilmente memorizable por nuestro cerebro, ya que es la cantidad de dedos de la mano.

De esta forma se aprende la forma correcta de ejecutar la técnica y ejemplos de su uso o aplicación (Bunkai). Es por eso que no contienen más que un mínimo de desplazamientos.

Existe un número obligatorio de aplicaciones por movimientos que hay que aprender en cada grado y con eso se va formando un extenso número de aplicaciones fácilmente accesibles.

Una cosa es aprender muchos movimientos y aplicaciones, pero sin un orden es como tener en un cajón un sinnúmero de objetos y al necesitar uno, poderlo encontrar. Es el equivalente a un índice o a una biblioteca donde los libros se encuentran muy bien clasificados, por lo tanto son fácilmente ubicables.

Los invito a tener un apunte escrito mientras la memoria se fortalece para no olvidar lo aprendido.

El Entrenamiento en tiempo de pandemia

Nunca nos imaginamos una situación como la presente. Primero suspender las clases, segundo, suspender la ampliación del DOJO.
La cosa se fue alargando y comenzamos con las clases virtuales, sin saber mucho acerca de esta nueva tendencia y podemos decir que nos ha ido bien. Hemos logrado continuar con las clases, con buena asistencia, con el avance de todos.
Hemos ido aprendiendo con la experiencia y así conseguimos hacer clases y enseñar cosas de nivel complejo como un kata.
Lo complicado es que todos vamos haciendo lo mismo, independiente del grado de cada uno y tiene que resultar motivador para kyus y danes. Afortunadamente la parte básica es el pilar y pulir siempre es beneficioso para todos los grados.
Por mi lado he podido hacer clases de Iaido, Kobudo, Shodo y Sumie.
Todos han colaborado y casi todos se han sumado.
Mis felicitaciones para todos y el agradecimiento a quienes colaboran en la parte pedagógica.
Estamos preparando nuevas clases para los más avanzados e incluso exámenes a través de este medio (Zoom) que nos ha sido tan útil.
A cuidarse del contagio y a no dejar de avanzar en el DO.

 

 

 

 

 

 

Cómo se aprende Karate y otras artes japonesas

(Reedición de artículo publicado en www.sensei.cl )

Recién iniciados en el aprendizaje del Karate nos encontramos con varias dificultades, principalmente por la naturaleza de este arte y por nuestra propia herencia cultural. La primera nos entrega una disciplina que abarca todos los aspectos del ser humano, no sólo nuestra inteligencia y memoria, sino que también nuestras emociones y nuestro cuerpo. La segunda nos hace difícil aceptar nuestras limitaciones con humildad, pero sin perder el entusiasmo, la paciencia y la constancia.

Al comenzar vamos descubriendo nuestros límites en cuanto a fuerza, resistencia, elongación, coordinación y otros aspectos tales como memoria, concentración, equilibrio, pero, lo más frustrante es cuando entendemos algo que creemos poder hacer y, sin embargo, no nos resulta y nos sentimos torpes. Esto se debe a que en nuestro sistema educativo desarrollamos los diferentes aspectos, pero en forma separada y, sobre todo, nos dedicamos a lo que hacemos mejor y nos agrada más. Sin embargo para poder avanzar en el camino (DO), tenemos que conseguir la unión armónica entre las diferentes partes que nos componen y desarrollar justamente las que más lo necesitan.

Podemos ver que estos antiguos artes no van en búsqueda solo de la especialización, sino que más bien en el de la universalización.

Siempre habrá algo para lo que seamos mejores y que más nos guste, pero el resultado final será mejor en la medida que vayamos siendo más completos como seres humanos.

Veamos entonces cómo se aprende Karate.

Imitación

En primer lugar se aprende por imitación. En Japón solamente se va copiando, imitando los movimientos que hace el profesor. Esto significa aplicar la capacidad de ver y poder copiar, sin necesariamente entender. Esta capacidad de observación es propia de los orientales. Es así que para nosotros es muy difícil aprender de esta manera, incluso puede ser un poco peligroso al hacerlo en forma errónea. Nosotros necesitamos alguna explicación u orientación, sin embargo, durante las clases éstas son pocas de manera de incentivar la capacidad de observación. Por eso, muchas veces, ante una duda o pregunta el profesor se limitará a mostrar con una lentitud mayor el movimiento, o por partes. En realidad, mas que aprender un movimiento, lo importante es aprender a captar observando, sin la mediación de una explicación. Quien desarrolla tal capacidad la aplicará en cualquier otra cosa que quiera aprender, teniendo de esta forma mayor capacidad de captación y comprensión. Los beneficios, especialmente para los niños, son evidentes.

En una ocasión, mientras comentábamos con el ingeniero japonés Yoshio Hashimoto esta diferencia en la forma de aprender, y de las adaptaciones que deben hacerse para poder enseñar a personas no orientales, él se reía mucho. Narró que en una ocasión, en que se encontraba en nuestro país entrenando a un grupo de técnicos en sofisticados equipos telefónicos les pidió que realizaran determinada tarea, a lo cual ellos respondieron muy extrañados diciendo que no tenían idea. Él, con asombro, les dijo: ¡Pero si me han visto hacerlo durante tres meses! A lo que respondieron: ¡Sí, pero usted no nos ha explicado nada!

Nosotros necesitamos de muchas explicaciones porque no tenemos la misma capacidad de observación. Es así que no hay que impacientarse cuando uno no entiende bien algo y no se lo explican con detalle. Uno puede tener la impresión de que la clase o la explicación va muy rápido, pero es la forma de estimular la capacidad de captar sin mediación. Muchas veces en la vida nuestra reacción es lenta por no ser capaces de entender la situación. Sin embargo, podemos observar que en otras ocasiones no alcanzamos ni siquiera a pensar, cuando ya hemos actuado. Por tanto tenemos esta capacidad en forma latente.

Repetición

En segundo lugar se aprende por repetición. En el momento que vivimos estamos acostumbrados a las cosas rápidas o instantáneas: Juegos de video, computadoras, internet de banda ancha y tantas otras cosas, nos han acostumbrado a lo rápido. Poco contacto tenemos con los fenómenos naturales del crecimiento de las plantas o los animales. Tenemos poco tiempo para cocinar y la tendencia es comer cosas rápidas, alimentos preparados y congelados. Todo esto nos hace impacientarnos cuando algo se demora, no lo entendemos o no nos resulta al primer intento.

Una reacción típica es enojarse consigo mismo, sentirse torpe o ridículo, o creer que no se tienen las condiciones necesarias. Por eso el entrenamiento es repetitivo de manera de desarrollar la paciencia, e ir de a poco adquiriendo la habilidad, la cual sin duda se tendrá, ya que el sistema contiene los métodos para conseguirlo.

Comprensión

En tercer lugar, se aprende por comprensión. Las diferentes demostraciones de los profesores y grados mas avanzados, las explicaciones y, sobre todo, la práctica, nos permitirán comprender la razón, el principio o el fundamento para que cada cosa se haga de una manera determinada.

Sin lugar a duda, lo más necesario para aprender Karate y otras artes japonesas, es tener la paciencia suficiente y saber dar tiempo, humildad para aceptar nuestras limitaciones sin enojarnos ni sentirnos torpes y, en especial, tener la constancia y regularidad para permitirle al sistema rendir sus frutos.

Todos estos atributos se van desarrollando regularmente a medida que somos capaces de aceptarnos a nosotros mismos con todas nuestra limitaciones y capacidades y de ponernos en manos de quienes están a cargo de guiarnos en la Senda (DO).

Podríamos resumir diciendo que Karate se aprende observando, imitando, repitiendo y experimentando. Para tal propósito necesitamos paciencia, constancia, humildad y aceptación de uno mismo. También confianza en el sistema y en los profesores. De esa manera avanzaremos sin siquiera darnos cuenta, consiguiendo muchos logros no sólo de carácter técnico sino que, lo más importante, en el aspecto humano.

 

Acerca del Shiatsu

Qué es Shiatsu

El shiatsu es un antiguo sistema preventivo de salud que permite, a quien lo aplica, conocer el estado energético del organismo, descubrir algún posible desequilibrio y poder restablecerlo, antes de que se transforme en una enfermedad. También permite tratar diferentes dolencias o síntomas producidos por lesiones o enfermedades y conseguir la rehabilitación o recuperación del bienestar natural inherente a un organismo sano.

Cómo actúa

Existen a nivel de la piel algunos puntos conocidos como “puntos de acupuntura” llamados TSUBO. Estos se encuentran conectados a través de los KEIRAKU, o meridianos, a través de los cuales circula la energía llamada KI. El desequilibrio en la circulación de esta energía es, según la antigua creencia oriental, el origen de los diferentes malestares que pueden llegar a transformarse en enfermedades o la expresión de algún mal funcionamiento de los diferentes órganos internos. Estos desequilibrios se producen por la combinación de factores tanto internos como externos tales como cambios climáticos, stress, malos hábitos alimenticios y posturales, estados emocionales extremos y predisposición genética, entre otros.
El Shiatsushi, o persona que aplica Shiatsu, puede conocer y restablecer la armonía en la circulación del KI estimulando los TSUBO a través de aplicar diferentes tipos de presión.

¿Qué puede ser tratado?

  • Enfermedades simples:
    • Resfrío, gripes.
  • Síntomas tales como:
    • Decaimiento, cansancio. Impotencia, frigidez, desconcentración, depresión, jaqueca.
    • Dolores menstruales y ginecológicos.
  • Urgencias :
    • Desmayos, contusiones, hemorragias nasales.
  • Dolores menores:
    • Cabeza, ojos, oído, dentales.
    • Musculares.
    • Articulares.
  • Malestares tales como:
    • Insomnio o somnolencia.
    • Tensión, stress, crisis de pánico.
    • Vértigo. digestivos…, etc.
  • Lesiones tales como:
    • Esguinces, tendinitis, tortícolis, lumbago, ciática, inflamaciones, túnel carpiano,  parálisis faciales, etc.

Ventajas del Shiatsu

  • Es natural.
  • Fácil aplicación.
  • Fácil de aprender.
  • No utiliza instrumentos.
  • Excelente como método preventivo.
  • Efectos rápidos y duraderos.
  • Sin efectos colaterales adversos.
  • Pocas contraindicaciones.
  • Seguro como tratamiento de urgencias.

En oriente es una terapia preventiva, pero en occidente se ha transformado en una terapia muy efectiva en casos rebeldes a las terapias corrientes. El paciente tiene la ventaja de sentir desde la primera sesión el alivio y el cambio positivo que se origina en el organismo al restablecerse la circulación normal de la energía. Además, al ir a la raíz del problema, la mejoría o el alivio es bastante duradero, en muchos casos permanente.

Ofrecemos Cursos Intensivos para público en general y para Cinturones Negros de Artes Marciales.