Bernardo Olivari (1956-2020)

Bernardo Marcello Olivari Rivera 

Comenzó en las artes marciales alrededor del año 1977 y desde entonces siempre se mantuvo activo entrenando Karate Do, Kobudo y Iaido, e incursionando los últimos años en Hapkido.

De familia de cinco hermanos, con dos hijas.

Tenía muchas habilidades, sabía construir y dominaba todo lo referente a este campo; madera, fierro, pintura, gasfitería y electricidad, siendo meticuloso en extremo. También cosía muy bien, desde un fino vestido de noche diseñado por él hasta los iaidogis y hakamas que usamos en nuestras prácticas. Fabricaba todas las armas de kobudo, tales como sai, tonfas, nunchakus y bo. Tenía todo tipo de herramientas para todos los propósitos.

Su familia fueron ésta, su Escuela Kidokai y los amigos del Hapkido. Le encantaban las convivencias, asados, exhibiciones, graduaciones y todo lo relacionado con sus compañeros marciales.

Le gustaba ayudar a los alumnos más nuevos y niños a quiénes dedicaba su atención.
Su compleja personalidad no le impidió adaptarse a nuestro grupo, donde siempre estuvo dispuesto a cooperar en lo que fuera necesario, y era querido por todos.

Es así como nuestro Dojo fue ampliado y remodelado íntegramente por él bajo su diseño y supervisión, siendo el último proyecto que realizó en vida y que lo mantuvo motivado y activo durante el transcurso de la penosa enfermedad que lo condujo a su muerte.

Nuestro cariñoso recuerdo y respeto para Bernardo.

Aniversario

Celebramos nuestro aniversario número 37 con una grata convivencia.

Me siento muy contento de que hayamos podido llevar a la realidad un concepto que no es nuevo, pero que se fue perdiendo con las modas y la competición. Nos hemos mantenido apegados a los principios originales y tradicionales, lo que no ha sido fácil.

Sin duda que seguiremos avanzando gracias al estupendo grupo que conformamos a quienes les doy mis sinceros agradecimientos.