Iaido y el DO

Es fácil que el Iaido nos llame la atención. El traje negro compuesto por iaidogi y hakama. El obi, cinturón que puede ser de diferentes colores. La katana, que tiene algo misterioso y mágico.Además la concentración, la simplicidad de los movimientos, los cambios de ritmo en la ejecución, mantienen atrapada nuestra atención.

Sin embargo la parte entretenida va en la práctica, en lo que va experimentando cada uno, en el estado especial de concentración en que va entrando, en el “centramiento” (ver artículo dedicado a este concepto) que va logrando.

Por eso, a pesar de no ser tan exigente fisicamente, es muy agotador.

Los movimientos tienen que ir llegando a la perfección, por eso la repetición es muy importante y hacerlos en forma consciente, autocrítica. Esa parte es difícil para nosotros occidentales. Repetir mucho algo nos hace perder la concentración y nos aburre.

Los japoneses han sabido reconocer el valor de muchas prácticas antiguas que, sin tener un fin práctico en la actualidad, ayudan a que las personas se superen y evolucionen en su interior. En occidente no existe el equivalente a los DO: Iaido, Karate Do, Kyudo, Kendo, Kobudo, Hanado, Shoodo. Estas prácticas involucran la totalidad del ser humano. Nuestros artes y deportes involucran aspectos del ser humano. Su parte artística, sus cualidades motrices.

Es así que nos consideramos afortunados de poder tener a nuestro alcance estas disciplinas en que se reúnen conceptos éticos, estéticos, y de la naturaleza profunda del ser humano y su relación con el universo.

Karate «de contacto»

Hace poco tuve una polémica con una persona que se ofendió gravemente porque ante una publicación suya de un video de Kyukushinkai en que ambos participantes  se dedican a pegarse, opiné que eso no era karate.
La palabra karate se ha usado de manera impropia desde hace tiempo. Que existan sistemas  de combate sin armas, lo ha sido desde siempre en todas las culturas, incluso los mapuches de nuestro país tienen un magnifico arte marcial, el Kollellaullin, pero esto no significa que sean karate.
Cuando comenzó la moda de las artes marciales, después de la ocupación de Japón, surgieron algunas mezclas como Kenpo Karate, que no es Kempo chino, ni karate japonés, quizás con un fin comercial.
Además los estilos comenzaron a conocerse más y a adoptar técnicas y katas unos de otros. Surgió el Shiai, la competición, cosa que no existía. Para poder competir sin riesgos se adoptaron reglas entre las cuales está el no contacto. La razón de esto es que por la potencia de los golpes el riesgo de algún accidente grave era grande. Esto se puede comparar con el Iaido y Kenjutsu y el Kendo. Este último con una extraordinaria y liviana armadura y un sable recto de cuatro varas de bambú, logró minimizar los riesgos.

En karate hasta hoy no se ha podido llegar a lograr una protección suficientemente segura ya que los «verdaderos» golpes de karate son capaces de traspasar una armadura o coraza. Por eso es que los sistemas que se golpean son justamente porque sus golpes, aunque sean fuertes, son superficiales y logran quedarse en la capa muscular y no romper algún órgano interno.
Es impresionante ver la cantidad de golpes que pueden darse en algunos sistemas sin que uno caiga gravemente herido o muerto. El concepto de defensa, principal en las artes marciales tradicionales, prácticamente no existe.
A pesar de que muchas personas piensen que con el advenimiento del Internet, Youtube y otros ya no hay secretos en las artes marciales, si los hay. Es por eso que si bien podemos entrenarnos golpeando makiwaras, bolsas, paletas, practicar tameshiwari, no es posible golpear directamente a otra persona. El valor de la vida es mayor que una competencia deportiva.
En una ocasión un alumno muy entusiasta y novato le preguntó a un maestro cuál era el secreto para que los golpes fueran realmente poderosos a lo cual este contestó: «el verdadero secreto es no golpear».

El karate tradicional se caracteriza por no ser de contacto.